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30/11/2024

El gran director de aeronáutica civil que México se perdió y el mejor espectáculo aéreo del mundo

Juan A. José / Miércoles, 2 Octubre 2024 - 01:00

Como otros tantos aeronáuticos mexicanos, apenas el pasado 21 de septiembre, me enteré con profunda tristeza, que hace unos meses, Armando Quiroz Abed trascendió lo terrestre en Montreal, Quebec, Canadá. 

Armando no era un aeronáutico mexicano cualquiera; creo que no soy el único que estaba seguro que una vez que su amigo, el arquitecto Pedro Cerisola, fue nombrado por el entonces presidente Vicente Fox, como Secretario de Comunicaciones y Transportes de México, haría lo propio con Quiroz, poniéndolo al frente de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), puesto para el cual estaba particularmente calificado habiendo acumulado una envidiable experiencia en los sectores públicos y privados de la aviación civil nacional e internacional, que sumada a su don de gente, inteligencia y capacidad negociadora lo colocaban como lo mejor que le podía pasar a la autoridad aeronáutica que como bien sabemos se ha visto plagada de innombrables titulares.

Y es que Armando, a quien conocí cuando se desempeñaba como Subgerente de Aeropuertos en Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) llegó a ser considerado como la más importante autoridad en materia de Auditoría de la Gestión de la Seguridad Aérea en la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), donde puso en un altísimo lugar el prestigio de los funcionarios aeronáuticos mexicanos. Pocos sabían de aerotransporte como este economista que estudió su maestría aeronáutica en Embry-Riddle en Daytona, Florida. 

Armando me dio mucho; de hecho, gracias primero a la licenciada Rosa María Montero, otra icónica funcionaria que también tiene todo lo necesario para estar al frente de la autoridad aeronáutica mexicana, y una vez siendo él mi jefe en ASA, me permitió involucrarme en el maravilloso mundo de la calidad de los servicios aeroportuarios y aeronáuticos. Era un hombre sencillo, amable y muy religioso; si alguna vez llegué a estar cerca de Dios fue gracias a su orientación. Es más, debió ser cura, posición que compartía su amigo el Padre Efraín, alguna vez párroco de la Iglesia de San Agustín en Polanco, Ciudad de México que resultó amigo de mi primera esposa y por ende nos matrimonió. La mamá de Armando era asistente del pintor que más admiro: el mexicano Leonardo Nierman, ampliamente conocido por los de mi generación por el carácter aéreo de su obra y porque la misma forma parte de la colección de Aeroméxico. 

EL DEL 16 DE SEPTIEMBRE DE 2024 EN LA CDMX, ¿EL MEJOR SHOW AÉREO DEL MUNDO?

Armando y yo nos la pasábamos viendo aviones en nuestro tiempo libre cuando trabajábamos juntos. ¿Qué hubiese opinado de aquello que se vio el pasado 16 de septiembre en los Cielos del Valle de México con esos tres Boeing 727-200 de la Guardia Nacional  (GN) volando en formación detrás de un atractivo Boeing 737-200 de la Fuerza Aérea Mexicana?¿Será que estaría de acuerdo conmigo que se trató del mejor espectáculo aéreo del mundo en la actualidad?¿Exagero?Cuestión de gustos, pero luego del retiro del británico Vickers VC-10 y del anglo-francés Concorde, para quien firma esta nota el avión más hermoso del mundo volando es el Boeing 727. Creo que pocos podrán negar que hay “algo” en la arquitectura interna y externa del Boeing 727 qué lo hacen único y por ende admirado tanto por aeronáuticos civiles como militares, evaluación poco frecuente entre el universo de aeronaves.

Por más impresionantes que las exhibiciones de aeronaves de entrenamiento y combate en diversas geografías pudieran parecer, por lo menos para quien firma esta columna lo que le sobrevoló en el primer cuadro de la ciudad es lo mejor que se podría observar en cielo alguno en materia aeronáutica hacia ese día.

¿No me hubiese gustado más ver una formación de otras hermosas aeronaves como los arriba mencionados VC-10 o Concorde? Si duda, pero ya vuelan. 

¿Qué tal una formación de tres Boeing 747s, todavía en activo? Sería maravilloso, pero lo veo poco probable a estas alturas de la evolución de las flotas del “Jumbo Jet” Además, por más que le pedí apoyo a “Mr. Google” no encontré una imagen de más de dos 7470’s volando juntos en el pasado que la que nos regaló Boeing al poner a volar en formación al prototipo del 747 y al primer 747-400 sobre Seattle, Washington en septiembre de 1988. ¿Y el Airbus A380? También no más de dos que los de la imagen de un ejemplar de Qantas y otro de Emirates volando sobre Sydney, Australia en abril de 2013.

Tener esos tres 727s en la GN, por cierto, hasta donde he podido averiguar la flota del modelo más grande del mundo en operación, me parece todo un privilegio y más ante la amenaza de que deben pronto de volar.

¡Caramba! Cómo me gustaría poder volver a tener este tipo de debates con un personaje como Armando.

“No pedimos ser eternos, tan sólo pedimos que nuestros actos no pierdan de pronto su sentido”, escribió mi amigo Toño de Saint-Exupéry. No amigo; si bien no estuve cerca de ti en los últimos tiempos, te confieso que tu valor humano y aeronáutico jamás lo olvidé y que haré lo posible, comenzando por esta entrega editorial, para que tengas el recuerdo y reconocimiento que mereces. 

¡Descansa en paz!

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