Aún no inicia la “cuarta transformación” y ya veremos con el tiempo qué nos depara este concepto en materia de transporte aéreo, pero el Senado de la República, el de mayoría de Morena, acaba de aprobar nuevos convenios bilaterales de aviación que muestran a las claras que no tienen la menor idea de lo que están haciendo.
En una sesión al vapor, que nadie entiende, se aprobaron los nuevos convenios bilaterales de aviación con Kuwait, Arabia Saudita y Catar. Como si fuéramos importantes socios de negocios con nutrido tráfico aéreo entre las naciones del mundo árabe y nosotros, la semana pasada se autorizaron nada menos que tres convenios bilaterales con sendos países de la península arábiga que incluyen, entre otras linduras, quintas libertades para que ellos ejerzan desde México o desde otros países hacia México, derechos de tráfico que de ninguna manera van a beneficiar ni a las aerolíneas mexicanas ni a la economía nacional.
El más nocivo de todos los convenios aprobados es el de Catar. Se sabe que, por una parte, este país y su aerolínea de bandera del mismo nombre, han sido denunciados en los Estados Unidos por utilizar subsidios para sus combustibles, cosa que no dudarán en hacer para sacar de la competencia a nuestras aerolíneas. Pero, además, en lo general las empresas aéreas de esos países tienen prohibida la sindicalización de sus empleados, lo que por una parte les permite depredar en salarios y por la otra, resulta inconsistente con la política mexicana en defensa de la sindicalización libre.
En estos acuerdos, por otra parte, se abrieron quintas libertades pero no se autorizó ninguna en lo particular. Esto lo único que implica es que otorgar una quinta libertad específica (por ejemplo un vuelo de Doha a México y más allá, digamos a Sudamérica), será una decisión que quedará en manos de la Dirección de Aeronáutica Civil de manera discrecional, lo que nos sitúa en lo que tanto se ha criticado de carecer de una visión de largo plazo para encauzar la política pública de transporte aéreo.
Es decir, estamos abriendo la puerta para que las decisiones se tomen sobre las rodillas y sin ningún plan que permita establecer medidas de auténtica reciprocidad, con equivalencia de mercados y tarifas que permitan a las empresas nacionales competir.
Desde hace años los trabajadores de la aviación han insistido en que necesitamos una política de Estado en materia de transporte aéreo que establezca de antemano, con criterios de beneficio para el país y nuestra economía, qué esquemas de apertura deberíamos tener y con qué objeto. Una dicha política, por ejemplo, nos marcará el tipo de aeropuertos que requerimos y qué medidas incentivar para usar a la aviación como una herramienta de generación de empleos y de divisas. Los acuerdos que se acaban de firmar soslayan todo esto y las salvaguardas que contienen respecto a tarifas y otros mecanismos de defensa, simplemente no son suficientes y sí ponen en riesgos a nuestras empresas nacionales y los empleos que generan.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables, resarcirle a los trabajadores su patrimonio y dejar de culparlos por el quebranto. E-mail: [email protected]; twitter: @charoaviles
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