Dos días después del aterrizaje, se compartieron imágenes del primer recorrido lunar
La exitosa misión india Chandrayaan-3 marcó un hito significativo en la exploración espacial al adentrarse en la primera fase de la conquista de la región antártica de la Luna.
De esta manera se convierte en la primera nave en alcanzar los alrededores del polo sur lunar.
Así, India se coloca en la lista exclusiva de países que lograron explorar la Luna, siguiendo los pasos de Estados Unidos, Rusia y China. Este avance tecnológico establece a la nación asiática como una potencia espacial con la capacidad de forjar su propio camino en la historia.
Santosh Vadawale, científico clave en la misión Chandrayaan-3, explicó la complejidad de la operación de aterrizaje al describir los "20 minutos de terror". Durante esta etapa crucial, las maniobras se desarrollaron con precisión el miércoles pasado.
La secuencia se inició cuando el módulo Vikram alcanzó su punto más cercano a la Luna en su órbita elíptica, avanzando a una velocidad superior a los 6 mil kilómetros por hora.
El proceso involucró la ignición de los cohetes de la nave para reducir la velocidad, al mismo tiempo que se producía una inclinación desde la posición horizontal hasta quedar completamente vertical, con las patas orientadas hacia abajo.
Este complejo proceso demandó una sincronización precisa entre los sistemas de orientación y propulsión.
Simultáneamente, el módulo Vikram monitoreó su velocidad y ubicación utilizando sus propios sensores, asegurándose de posicionarse en el área designada para el alunizaje.
La elección de esta ubicación, a una distancia prudente del cráter Bogulawsky, donde Rusia intentó un alunizaje previo, fue crucial.
En la última fase, la nave identificó y sorteó obstáculos potenciales como cráteres y rocas, seleccionando un lugar seguro para un aterrizaje suave. Este proceso, llevado a cabo de manera automática y sin intervención terrestre, culminó en un descenso a una velocidad comparativamente tranquila, similar a la de un caminante pausado.
La agencia espacial india (ISRO) logró una hazaña significativa con la misión Chandrayaan-3, cuyo éxito se volvió aún más destacado en comparación con el reciente fracaso ruso en una empresa similar.
Rusia aspiraba a liderar la exploración de esta región lunar, pero su intento terminó en desastre el domingo pasado cuando la comunicación con la nave se perdió y esta se estrelló. Este incidente se suma a una serie de intentos fallidos en la Luna, incluyendo los de Japón en 2023, Israel en 2019 y la propia India con el módulo de aterrizaje de la misión Chandrayaan-2.
La misión de la nave india comenzó poco después del aterrizaje, en medio del amanecer lunar. Sin tiempo que perder, el módulo Vikram enfrenta el desafío de una vida útil efímera.
Al aterrizar durante el amanecer, el módulo Vikram se encuentra en un lugar donde los días y las noches lunares duran 14 días terrestres cada uno.
Las temperaturas pueden caer a 200 grados Celsius bajo cero durante la noche, lo que plantea un riesgo para las sondas sin sistemas de calefacción adecuados. Vikram, que carece de un generador de calor aparte de sus paneles solares, tiene una ventana de operación de 14 días de luz solar. La incertidumbre persiste sobre si podrá sobrevivir más allá de este período.
Dos días después del aterrizaje, se compartieron imágenes del primer recorrido lunar de la India. El vehículo robótico de seis ruedas llamado Pragyan, que mide un metro de longitud y pesa unos 30 kilogramos, descendió por una rampa desplegada desde el módulo aterrizador Vikram y avanzó algunos metros sobre la superficie lunar.
Después de verificar su funcionamiento, Pragyan descendió por la rampa con una autonomía para recorrer cientos de metros alrededor del punto de aterrizaje. Su velocidad de movimiento es de aproximadamente un centímetro por segundo.
Este aterrizaje y el posterior recorrido tuvieron lugar en una latitud sur de 70 grados. Equivalente a haber alcanzado una base antártica en la Tierra, este punto marcará el inicio de la misión india para llevar a cabo mediciones y experimentos en las zonas permanentemente oscuras de los cráteres en estas latitudes lunares.
La búsqueda de agua en la Luna se ha convertido en un objetivo crucial, ya que se prevé que este recurso sea esencial para futuras colonias habitadas y para la producción de combustible en cohetes destinados a viajes interplanetarios.
Con Japón preparándose para un nuevo intento, la competencia por este recurso espacial se intensifica, liderada por superpotencias como Estados Unidos y China, que cuentan con mayores recursos que otros competidores.
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