No pocas veces hemos abordado en esta columna el tema referente a AFAC y es que no deja de ser un tema vigente además de que resulta ser muy importante.
Hemos repetido en esta columna que la Agencia Federal Mexicana que vino a sustituir a la anterior DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil) tenía como misión un reajuste total y un cambio de fondo para lograr una nueva institución que cumpliera con los requisitos nacionales e internacionales y ser el regulador y vigilante de nuestra industria aérea.
Fue en Octubre del 2019, hace ya cinco años, cuando se anunció con bombo y platillo el inicio de funciones de la nueva (AFAC) Agencia Federal de Aviación Civil, pero tristemente y a pesar del tiempo la Agencia no ha logrado cumplir sus funciones como se esperaba y para lo que fue creada.
De hecho, esta autoridad aeronáutica fue degradada a categoría 2 después de una auditoría por no cumplir con los estándares internacionales en cuestiones de seguridad.
Siempre hemos comentado que nuestra AFAC requiere de presupuesto adecuado, tecnología y personal capacitado, con experiencia, bien pagado y con nueva actitud de servicio.
En el último presupuesto para el año 2025 aprobado por el Congreso Mexicano no se ha previsto el aumento necesario para su funcionamiento eficiente. De acuerdo a fuentes confiables, la AFAC debería tener asignado un presupuesto de alrededor de 4 mil millones de pesos, sin embargo al presupuesto anterior que rondaba apenas los 712 millones de pesos tuvo un recorte quedando aproximadamente en los 635 millones de pesos.
Ya habíamos comentado que el presupuesto anterior apenas era suficiente para cubrir los sueldos de los trabajadores de la Agencia y ahora sufre un nuevo recorte que le complica todavía más su, de por si, deficiente funcionamiento.
Por ahora sale sobrando hablar de la necesidad de tecnología, sueldos adecuados, personal experimentado y entrenado si de entrada no se tiene el dinero suficiente para cumplir con todos ello y si se cuenta apenas con lo mínimo para pagar los salarios actuales.
De no llegar un aumento importante en el presupuesto para AFAC, la Agencia seguirá comprometida e impedida para cumplir con su trabajo.
Seguirá cundiendo la ineficiencia y la burocracia rampante en áreas vitales como el departamento de licencias a personal técnico, Medicina de aviación, CIAAC, certificación de Aerolíneas y escuelas y l Investigación de accidentes aéreos, etc.
Por otra parte, seguirá aumentando la cantidad de “gestores” y coyotes por todas partes, aumentando la corrupción y la burocracia que ya son un verdadero calvario para cualquier usuario.
Lo que sigue no es difícil de predecir si las cosas no cambian y es que no se ve como la AFAC podría aprobar las auditorías futuras, lo que nos puede condenar, otra vez, a ser degradados a categoría 2 con todas sus indeseables consecuencias para la industria aérea de México.
No sabemos quienes son los asesores de los Congresistas en materia aeronáutica y ni siquiera sabemos si los tienen pero bien harían los señores Diputados y Senadores en darle la importancia que tiene la AFAC para nuestra aviación y revisar profundamente sus necesidades presupuestales.
La industria aérea de nuestro país aporta el 3.6 del producto interno bruto y contribuye con 1.5 millones de empleos directos e indirectos lo cual debería ser suficiente para considerarla como una cuestión de seguridad nacional.
AFAC requiere urgentemente presupuesto adecuado para realizar su trabajo, lo contrario seguramente nos va a traer muchos dolores de cabeza en el futuro cercano.
No será solo con el cambio de nombre de hace cinco años como se pueda lograr una Agencia de aviación Mexicana solvente y eficiente.
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