Uno de los efectos más graves de la pandemia, además de la irreparable pérdida de vidas humanas, ha sido la caída del PIB, el cierre de empresas, la destrucción de empleos y la falta de certeza en cuanto al final de los contagios, el regreso a la vida normal y, desde luego, la recuperación consistente de las industrias que más han sufrido las consecuencias de la diseminación del Covid.
Una de estas industrias es la aeronáutica y aeroespacial, donde México había venido creciendo de manera consistente en los últimos 10 años. Uno de los principales apoyos para este sector ha sido su propia organización en clusters y como grupo, en la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA). Otro, muy importante, la Feria Aeronáutica Mexicana (FAMEX) que organiza desde 2015 la Fuerza Aérea Mexicana y que estuvo encabezada hasta abril pasado por el General Rodolfo Rodríguez Quezada (qepd), quien falleció el pasado 4 de mayo, víctima de un cáncer.
Quien fuera un promotor activo y excepcional de la industria aeronáutica y aeroespacial mexicana recibió en mayo del 2014 la encomienda de organizar la primera edición de la FAMEX para abril del 2015 y desde entonces fue un incansable organizador de foros, conferencias, reuniones de negocios, encuentros diplomáticos y de industria y hasta visitas oficiales a países que tienen una estructura muy fuerte en este sector o simplemente organizaban ferias de la especialidad. Todo ello con el fin de poner en el radar el nombre de México y de nuestra industria aeronáutica y aeroespacial, que hoy cuenta con más de 360 empresas establecidas y exportaba hasta antes de la pandemia alrededor de 9,000 millones de dólares anuales.
La pandemia ha sido especialmente letal para industrias como el turismo, la aviación y, en consecuencia, la industria aeroespacial que depende de la aviación comercial en primera instancia para crecer. Según cifras de FEMIA, en 2020 las exportaciones cayeron 31% y aunque aún no existe un censo definitivo de las empresas que cerraron, se sabe que muchas pequeñas proveedoras que estaban iniciado su incursión en el sector, tuvieron que cancelar operaciones.
Aunque se estima que en 2021 aún no llegue la recuperación, se espera que al menos no siga la caída. Un tema que contribuyó a apuntalar al sector y evitó que cayera aún más sus ventas al extranjero, fue la decisión de incluirla entre los sectores esenciales para que no cerrara sus puertas durante los meses más duros de la pandemia. En ello contribuyeron nuestros principales socios comerciales, Estados Unidos y Canadá, ya que como en muchas industrias, las empresas de los tres países están muy integradas.
Además, esta industria tiene un carácter estratégico y de alta seguridad por el tipo de partes que se fabrican y que se expresa en los tratados internacionales en la materia, como el BASA y el Wassenaar, entre otros. Por eso era tan importante que la industria no parara operaciones.
En septiembre próximo tendremos la cuarta edición de FAMEX y en ella seguramente se firmarán nuevos acuerdos para instalar plantas. El invitado de honor es Estados Unidos y esperemos que las cosas fluyan bien, porque México ha ido ganando un lugar de primer orden en esta industria y es el momento de acelerar.
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