Pasar al contenido principal
28/11/2024

Industria aérea cara, boletos ¿baratos?

Rosario Avilés / Lunes, 13 Marzo 2023 - 20:44

Es muy patente cómo en unos cuantos años el transporte aéreo ha pasado de ser elitista y glamoroso, a convertirse en un medio de transporte austero, abierto a todo público, aunque, desde luego, aún falta una enorme penetración en grandes capas de la población pero ya no es, como en algún momento se consideró, el privilegio de unos cuantos.

A esto ha contribuido el llamado bajo costo, un concepto que fue revolucionario e hizo honor a su nombre sólo en ciertos momentos, porque es bien sabido que lo que parece costo bajo se va revistiendo de capas sucesivas de nuevos servicios que agregan precios supletorios por innumerables conceptos.

Así, si el pasajero desea llevar maleta de mano, se agrega un precio; si desea llevar equipaje de 23 kg, hay otro precio; si desea comer algo, otro precio; flexibilidad para cambiar el vuelo, más dinero; llegó un momento en que aerolíneas de este tipo hasta pensaron en cobrar el acceso al baño -cosa que las autoridades tuvieron que parar- e incluso hay quien sueña con hacer interiores de transporte de tropas, sin asiento y sólo con exiguas redes que sirvan de endeble soporte. Desde luego, los salarios son de esos “costos” que se han abatido en detrimento de los trabajadores de la industria.

Pero hay que recordar (y nunca será suficiente) que las aerolíneas de bajo costo nacieron gracias a los excedentes del transporte tradicional. Fueron las aerolíneas tradicionales las que, con sus boletos a precios que fueron considerados caros, financiaron la construcción de aeropuertos, los sistemas para el control de tránsito aéreo, la innovación en aeronaves. Todo eso que hoy usan las líneas “low-cost” y que les permite bajar precios en una competencia que a veces resulta ruinosa.

Y es que, a la luz de los resultados que año con año vemos en la aviación global, es claro que la competencia de precios bajos lo que ha hecho es crear una escalada de quiebras, descapitalización, resultados magros que se traducen en falta de recursos para continuar innovando.

Si bien los aeropuertos han logrado mantener su infraestructura y hasta crecer, ha sido en gran parte por los ingresos no aeronáuticos, pero hoy en la aviación se advierte la necesidad de financiar el cambio a los nuevos propulsores, tecnologías más disruptivas y a los combustibles sustentables. La innovación cuesta mucho y no será posible financiarla sin una considerable ayuda de los gobiernos, porque el transporte aéreo está enfrascado en la competencia tarifaria.

Esto ha causado también situaciones como la que se vivió el verano pasado en los países más desarrollados, con la negativa de muchos trabajadores para regresar a laborar a una industria que paga poco y exige mucho. Hoy ya se advierte una tendencia en busca de la recuperación de los salarios en aerolíneas europeas y estadounidenses, donde incluso países como Alemania discuten prohibir las huelgas, ante lo que se advierte será un movimiento global para revaluar la contribución de la mano de obra en esta industria.

Y en este contexto hay quienes todavía insisten en que mecanismos como el Cabotaje harían bajar los precios. La ignorancia de cómo funciona el sector se ha vuelto proverbial en esta época, pero eso también nos pasará su factura en el futuro. E-mail: [email protected]

 

“Los artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

 

Facebook comments