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30/11/2024

¿QUO VADIS, AIFA?

José Medina Go… / Lunes, 21 Marzo 2022 - 00:01

Llegó la fecha. El clímax de la controversia, de la esperada develación, de la primera de tres “magas obras” del sexenio. Contra viento y marea, contra todo pronóstico y pese a todo lo transcurrido, llegó el día que esta administración federal auguró y anunció con sobrada bomba y platillo. El día de hoy el “Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles” da su primer respiro oficial.

Lo que es evidente no requiere explicación, y a la vista de cualquier persona con interés y criterio está que se han emprendido campañas públicas de desinformación para suprimir a los críticos, de fabricaciones para tratar de imprimir una imagen de éxito, y cuantiosos desplantes mediáticos orientados únicamente a restregar que el AIFA “se hizo porque se hizo”. 

Con tal de callar críticas y sátiras de lo que es innegable acusan con índice flamígero de que quienes critican este proyecto “no saben nada de aviación”. Tal vez es cierto, pero en vez de señalar, instruir, mostrar, y evidenciar desde su “autoridad” dónde estamos equivocados los que criticamos, preguntamos y señalamos con argumentos y evidencias claras y sólidas, prefieren denostar, insultar y minimizar. Ciertamente, concedo que como sociedad no somos especialistas en este y muchos temas. Pero estamos preguntando en base a lo que las propias autoridades nos aseguraron y prometieron. 

Nos dijeron que este proyecto sería “mejor que el NAIM”. Nadie cuestiona que en el proyecto de Texcoco hubo mucha corrupción; pero tampoco la demostró la presente administración, ni sancionó ni procesó a los culpables de tales irregularidades, ni evitó que esos mismos vicios se cometieran en el Felipe Ángeles, porque en este caso si hay claras evidencias documentadas de incidentes que todavía requieren respuestas públicas. 

No han logrado justificar claramente y con evidencias por qué había que cancelar un proyecto avanzado como el NAIM en vez de depurarlo de malas prácticas administrativas, ni por qué es mejor el Felipe Ángeles. Podríamos hablar de todo lo que le falta al AIFA (accesos, infraestructura crítica, instalaciones de soporte, etc.) pero basta tan solo nos concentremos en la relación costo-beneficio. 
Para fines prácticos y sintéticos, de acuerdo con los propios datos del gobierno este aeródromo costo más o menos $116, 000 millones de pesos, y la cancelación del NAIM más o menos $332, 000 millones de pesos (mismos que todavía no se pagan, porque las cuentas públicas simplemente no dan). En total más o menos se gastaron en esta magna obra $448, 000 millones de pesos (y esto es viendo con moderación los costos, que realmente son mucho más altos).

Para justificar esta “inversión”, se planteó que se desahogaría el Benito Juárez, ya saturado. De hecho, en numerosas ocasiones nos lo prometieron como “uno de los mejores del mundo”, y como “ejemplar en América Latina”. Pero los números no dan para tales afirmaciones. El AIFA va a empezar con ocho vuelos diarios. La instalación no da para mucho más, pero asumamos por un momento que, por las buenas o por las malas, llegan a incrementar los vuelos a veinte diarios. Si asumimos que el AICM operó en promedio en el 2019 un total de 1, 260 vuelos diarios, y en 2021 apenas 892, estamos hablando que el AIFA va a empezar con el 0.63% del Benito Juárez en 2019, y el 0.89% del total de operaciones el año pasado en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Si operara 20 vuelos diarios (que realmente es complicado con la infraestructura actual) tan sólo se elevaría al 1.58% con respecto al 2019 y 2.24% con la del 2021. 

Para justificar un nuevo proyecto, de acuerdo con prácticas administrativas y comerciales aceptadas universalmente desde hace décadas, se esperaría un 30% más o menos de rendimiento adicional; menos de eso es un gasto que no se justifica. Si el argumento del AIFA es desahogar al AICM, estamos hablando que en esa proporción tendría que tener entre 268 y 378 operaciones diarias, lo cual es francamente una ilusión que este aeródromo pueda mantener. En consecuencia, un análisis objetivo de relación costo-beneficio nos indica que el Felipe Ángeles, por más ceremonia y difusión mediática que tenga en su entorno, simplemente es un costo injustificable en el corto, mediano y largo plazo. 

Sería bueno ver el estudio de viabilidad preliminar del AIFA que justificó su creación. Pero eso es imposible, por que este documento no existe. Y no lo dicen sólo los especialistas, sino las propias autoridades han señalado varias veces públicamente que no tienen este documento, justificando su ausencia que “es una obra de Seguridad Nacional”.

El punto es, no estamos pidiendo nada que no nos hayan prometido. Habrá quien diga que quienes “pedimos demasiado” somos “aspiracionistas”, o bien que “no sabemos lo que exigimos”, o que “solo buscamos que criticar”. Aclaremos las cosas: si, pedimos demasiado porque aseguraron demasiado; si, aspiramos a un sector aeronáutico nacional de carácter integral mejor, más fuerte, de nivel, y competitivo con las exigencias del siglo XXI; si, sabemos lo que exigimos, porque podemos comparar con otros países, otros proyectos, otras visiones estratégicas y deseamos que nuestro país se destaque entre ellos y adquiera un papel a su nivel; no, no solo buscamos que criticar, sino con información sólida ejercemos una reflexión sustentada. 

De aquí en adelante se escribe la historia del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Sabemos de dónde vino, cómo se hizo, qué visión tenía. Ahora tenemos que ver a dónde va, y si será un legado estratégico o un gasto injustificable. El tiempo lo dirá, la evidencia se impondrá, y la claridad llegará tarde que temprano. Si quienes criticamos y preguntamos resultamos errados, será un acierto para México, y entonces todos podremos regocijarnos por el bien de nuestra Patria. Pero ¿y si no es así?
De aquí en adelante, entonces, queda la pregunta abierta: ¿A dónde vas, Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles?

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