A un año de que un tapón de puerta se desprendiera de un 737 MAX 9 de Alaska Airlines, Mike Whitaker, jefe de la Administración Federal de Aviación (FAA), afirmó que la supervisión mejorada sobre la armadora Boeing llegó para quedarse.
En un comunicado titulado “Un año después del incidente del tapón de puerta de Boeing”, publicado el 2 de enero de 2025, Whitaker abordó los 12 meses transcurridos desde el peculiar incidente ocurrido el 5 de enero de 2024.
Al detallar las medidas tomadas desde entonces, el directivo enfatizó que el escrutinio reforzado sobre Boeing no es un proyecto de un año.
“Lo que se necesita es un cambio cultural fundamental en Boeing, orientado hacia la seguridad y la calidad por encima de las ganancias. Esto requerirá un esfuerzo sostenido y un compromiso por parte de Boeing, así como una vigilancia inquebrantable de nuestra parte”, afirmó.
Whitaker, quien dejará el 20 de enero su cargo como el regulador de aviación más alto, el día de la investidura de Donald Trump como presidente, aseguró que el objetivo es “desarrollar protocolos de supervisión aún más dinámicos que nos permitan anticipar e identificar riesgos antes de que ocurran incidentes”.
En una muestra de confianza hacia el nuevo CEO de Boeing, Kelly Ortberg, Whitaker reveló que conversaron directamente tras la conclusión de una huelga de siete semanas por parte del personal en noviembre de 2024.
“Al finalizar la huelga, hablé directamente con el CEO sobre la importancia de adherirse a los principios de gestión de seguridad mientras Boeing reanudaba la producción. Es evidente que ese mensaje caló hondo, ya que Boeing dedicó un mes completo después de la huelga a garantizar que se tomaran las medidas de seguridad necesarias antes de reiniciar la producción”.
Desde el incidente con Alaska Airlines, la FAA ha incrementado la presencia de inspectores en las plantas de producción de Boeing, limitado la producción del 737 MAX, realizado una auditoría exhaustiva de la línea de producción y exigido a Boeing desarrollar un plan integral para solucionar sus problemas de calidad en la fabricación.
El 5 de enero de 2024, (día del incidente) Boeing publicó una actualización sobre las medidas adoptadas tras el desprendimiento del tapón de la puerta central de salida (MED) del 737-9 de Alaska Airlines.
Entre docenas de iniciativas, Boeing aseguró haber fortalecido la capacitación para mecánicos e inspectores de calidad con un sistema de apoyo mejorado, incluidos entrenadores en el lugar de trabajo, capacitadores entre pares y centros de mejora de habilidades.
Boeing también afirmó haber invertido en mejoras al sistema ‘Speak Up’, para reforzar la confidencialidad de los empleados que presentan informes.
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