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01/12/2024

Turbulento inicio de año.

Alejandro Cobi… / Jueves, 11 Enero 2024 - 01:00

Por un lado, tenemos las perspectivas de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) para la industria aérea global en este 2024 que son muy positivas, pronostican ingresos operacionales por 41 mil millones de dólares y alrededor de 23 mil millones de dólares de ingresos netos, con 4,700 millones de personas viajando en más de 40 millones de vuelos, superando finalmente los niveles prepandémicos. 

Lo anterior, a pesar de los conflictos bélicos que continúan todavía en Europa y Medio Oriente, de la volatilidad en el precio del combustible, de la inflación mundial y de los costos de operación e impuestos históricamente altos y desproporcionados para el transporte aéreo global. 

Por el otro lado, nos estamos encontrando con un muy turbulento inicio de año, empezando por el accidente de la aerolínea de bandera japonesa Japan Airlines (JAL) y de una aeronave de la Guardia Costera japonesa, ocurrido el pasado 2 de enero en el Aeropuerto Internacional de Tokio-Haneda, el cual podría costarle a dicha aerolínea más de 100 millones de dólares, según las recientes estimaciones de esta empresa. 

Todo accidente es desafortunado, no obstante, en este evento en particular debe destacarse, porque quedó claramente de manifiesto, la alta capacitación de la tripulación de cabina de JAL al lograr la evacuación de los 367 pasajeros en muy pocos minutos sin víctimas fatales, y desde luego, la cultura y disciplina ya conocida de los japoneses al cooperar con la evacuación en total orden, a pesar del fuego que se extendía en el exterior segundo a segundo. Se ha hecho público que factores como la resistencia de los materiales del avión que son de última generación, y que el humo no se propagó rápidamente, por lo menos no en los primeros minutos del accidente, también ayudaron a evitar la pérdida de vidas.    

Continuando con la turbulencia de inicio de año, tenemos el incidente de aerolínea americana Alaska Airlines ocurrido el pasado 5 de enero, que, habiendo despegado del Aeropuerto de Portland y en pleno vuelo, sufrió el desprendimiento de un panel lateral del fuselaje de la aeronave Boeing 737 MAX 9, saliendo disparado junto con algunos asientos situados en esa zona del avión y experimentando una descompresión. Afortunadamente tampoco en este incidente hubo víctimas fatales.

Este incidente provocó la emisión de una directiva de la Federal Aviation Administration (FAA) de los Estados Unidos, que ordena la inspección inmediata de 171 aeronaves Boeing 737 MAX 9, resolución que me parece absolutamente necesaria, oportuna y prudencial, considerando por una parte, que el CEO de Boeing ha reconocido públicamente errores y la responsabilidad del incidente en comento, y por el otro lado, los comunicados muy recientes en los cuales la misma Alaska Airlines y United Airlines (el mayor operador de este tipo de aeronaves) informan que han encontrado “piezas sueltas y componentes aflojados” en la revisión preliminar de las puertas de emergencia de estas aeronaves. 

Esta directiva de la FAA está provocando que Aeroméxico deje en tierra 19 aeronaves de este tipo para que sean revisadas a la brevedad, originando la cancelación hasta esta fecha de más de 80 vuelos. 

Como todo accidente e incidente, servirá para reconocer los errores, aprender y tomar la experiencia, para seguir haciendo del transporte aéreo, el más seguro de los modos de transporte, dejando nuevamente en evidencia que la seguridad aérea es el valor prioritario e intransable de la aviación, sin este pilar ésta no podría existir ni ser viable. 

*“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”*

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