Al abrigo de la Iniciativa CORSIA (Sistema de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional), impulsado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), con el apoyo de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), las armadoras de aviones, los aeropuertos agrupados en el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) y la multitud de empresas dedicadas al desarrollo de tecnologías para mejora del medio ambiente, la industria del transporte aéreo se trazó la meta de lograr cero emisiones de carbono en el año 2050.
Hay que partir del hecho de que el transporte aéreo es responsable del 2.5% de las emisiones de CO2 y algunos científicos añaden que ello corresponde al 4% del calentamiento global, ya que también hay otro tipo de gases que emiten los aviones, razón por la cual desde el 2016 la Asamblea de la OACI, en la cual participan la mayoría de los países del mundo, se comprometió a dar pasos seguros, explícitos y medibles para atajar este problema.
El llamado Net Zero ha ido avanzando con diversas iniciativas, entre las que se incluye la compensación de emisiones de CO2, que pretendía que a partir del 2021 se estabilizaran los niveles alcanzados en 2019 en todas las emisiones de la industria.
Aunque por obvias razones el programa se vio interrumpido con la pandemia, eso fue un “respiro” pues muchos países cancelaron operaciones aéreas, pero lo cierto es que el recurso de las compensaciones, que usan muchas industrias, no ha logrado ser del todo eficaz, porque la “compra” de bonos para borrar la huella de carbono no parece ser tan popular como se pretendía en principio.
No obstante, la industria aérea encontró un recurso que ha sido la mejor manera de enfrentar al problema, a través del uso de Combustible Sostenible de Aviación (SAF), el cual -estima la IATA- podría representar alrededor del 65% de la reducción de emisiones que necesita el sector para llegar al objetivo de cero emisiones netas en 2050.
Esto parece ser una muy buena idea, aunque hay algunos síntomas de que la producción de SAF va muy lenta. Alejandro Block Novelo, gerente de Nuevas Energías y Tecnologías de la IATA, hace notar que a pesar de que se han multiplicado las inversiones en la producción de SAF (y además se han hecho enormes esfuerzos por desarrollar nuevas tecnologías con insumos variados para garantizar el suministro), lo cierto es que al día de hoy, apenas se produce un 0.5% de las necesidades de la industria. Pero, aunque se ve difícil que en 35 años se llegue a producir lo suficiente, la tecnología puede dar el salto para hacerse exponencial y esto ayudaría mucho, en lo que se prueban los nuevos propulsores de hidrógeno y eléctricos.Por cierto, Aeroméxico acaba de presentar su informe de sostenibilidad y aseguró que en el 2030, al menos el 5% de los combustibles de aviación que consuma serán del tipo SAF, a través de planes de adquisición en los mercados donde opera, en tanto que un 20% será con SAF producido en México, asunto en el que hay que insistir mucho porque aunque hay esfuerzos para impulsar la producción, aún no está claro quién lo podrá fabricar y vender. Estaremos muy pendientes. E-mail: [email protected]
“Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de sus autores y pueden o no reflejar el criterio de A21”[
Facebook comments