Enfrentan aerolíneas de Asia-Pacífico presión por problemas en la cadena de suministro

La demanda de viajes en Asia-Pacífico se ha recuperado de la pandemia, pero las ganancias de las aerolíneas de la región están bajo presión debido a problemas en la cadena de suministro que interrumpen las operaciones y las exponen a un fortalecimiento de las normas de protección al consumidor, señalaron ejecutivos de la industria.

Los voceros explicaron que la escasez de piezas, mano de obra y aviones nuevos coincidió con un número mayor de reparaciones de las esperadas necesarias en los motores de última generación.

“La cuestión de la cadena de suministro es el mayor desafío que enfrenta la industria”, dijo Subhas Menon, director general de la Asociación de Aerolíneas de Asia Pacífico (AAPA) en la reunión anual del organismo comercial en Brunei esta semana.

Los tiempos de mantenimiento de los motores son récord y las aerolíneas tienen que recortar vuelos, trasladar piezas y alquilar motores o aviones provisionales para mantener las operaciones en marcha.

Chai Eamsiri, director ejecutivo de Thai Airways, afirmó que el mantenimiento del Rolls-Royce de motores en los Boeing, solían tardar alrededor de tres meses, pero ese tiempo ha aumentado a aproximadamente seis.

"Tenemos que estirar el avión. Antes operábamos 12.5 horas al día, ahora tenemos que estirarlo a 13 horas más", dijo a Reuters en el marco de la reunión.

Los directores de las principales aerolíneas, incluidas Thai Airways y Singapore Airlines, Malaysia Airlines y Air Astana de Kazajstán, expresaron su frustración con los tiempos de mantenimiento y dijo que los gobiernos que intentan mejorar la protección del consumidor deberían dejar de culpar a las aerolíneas por los retrasos.

“La causa raíz del problema viene de la cadena de suministro, pero somos nosotros los que enfrentamos al cliente”, dijo Eamsiri en la reunión.

Malasia, Australia, Tailandia y Filipinas se encuentran entre los países que están reforzando las protecciones al consumidor de las aerolíneas al exigir opciones de reembolso en caso de retrasos y cancelaciones, al igual que Estados Unidos, aunque las reglas no son tan onerosas como las regulaciones de la UE que requieren pagos a los pasajeros afectados.